A Hazel le gusta leer libros pretenciosos y ver
telebasura, leer poesía y dormir (además tiene la excusa de que es bueno para
el cáncer) y le gustaría que sus pulmones funcionasen como unos pulmones
normales. Su madre cree que está deprimida, así que empieza a ir a un grupo de
apoyo todos los miércoles. Aunque, en realidad, no hay nada más deprimente que
un grupo en el que cada día la lista de compañeros por los que rezar es más
larga. Precisamente el día en el que conoció a Augustus Waters, fue el día en el
que casi consiguió escaquearse para quedarse viendo un maratón de America’s
Next Top Model.
Lo primero que pensó de Augustus Waters, para qué negarlo,
fue que era muy guapo. Aunque con una personalidad tan arrolladora como la
suya, su físico pronto pasó a segundo plano. Es carismático, hablador,
divertido, le gustan las metáforas y filosofar, y siempre parece saber qué
decir. Estaba en el grupo de apoyo acompañando a un amigo, aunque él también
había tenido cáncer. Hazel leyó el libro favorito de Augustus, Augustus leyó el
libro favorito de Hazel y lo demás, como se suele decir, es historia. Aunque en
este caso es una historia tan peculiar como sus protagonistas, que arranca
cuando Gus trata de localizar al autor del libro favorito de Hazel y continúa
mientras ambos intentan ignorar el fantasma de su enfermedad.
No te vamos a engañar: Bajo la misma estrella es
un libro sobre el cáncer, porque todos sus personajes sufren la enfermedad
directa o indirectamente, pero no es un «libro sobre el cáncer», porque no cae
en los tópicos propios del género. Es un libro con el que se ríe más que se
llora, que te hace reflexionar más sobre la vida que sobre la muerte, que no
idealiza la enfermedad ni glorifica a sus víctimas, que no ahonda en los malos
momentos y a la vez resulta profundamente conmovedor.
La historia es interesante, pero el gran acierto de John Green
(aparte de crear dos protagonistas fantásticos) es el enfoque que le da. La
narración es ágil e ingeniosa, y está llena de sarcasmos y comentarios
políticamente incorrectos. Hay momentos de bastante complejidad, tanto
literaria como filosófica, que no ralentizan la lectura (ya elegirá cada lector
cuánto tiempo dedicar a los pensamientos del autor). John Green no endulza la
realidad de los protagonistas para complacer al lector, y la franqueza con la
que trata el tema es precisamente uno de sus grandes triunfos.
Podríamos seguir señalando las virtudes de la novela y
escribir una reseña el doble de larga que esta, pero dejémoslo así: Bajo
la misma estrella es el libro que regalas cuando quieres acertar, la
novela que recomiendas cuando quieres demostrar que la literatura juvenil tiene
calidad, y uno de esos pocos libros que querrás releer (probablemente más de
una vez) porque es tan extraordinario que resulta difícil de creer, y sabes que
con cada relectura te volverá a sorprender su genialidad.
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